Esta es la entrada especial, de un regalo especial.
No es la primera vez que os enseño las cosas que hace Julia.
Sin embargo en esta ocasión la implicación emocional es mayor a cualquier otra.
Para aquellos que no me conocéis, os diré que Julia es una de mis hermanas.
Y para aquellos que me seguís desde que comenzó mi andadura por estos lares sabéis que entre las cosas que me faltan por aprender está el arte de las agujas: El punto y el ganchillo. De ahí mi fascinación por quienes lo dominan.
No se me da muy bien escribir, o expresarme, de modo que os contaré la historia lo más breve posible.
Las navidades pasadas, le pedí a Julia que realizara un conjunto de bebé para regalarle a una amiga que sería mamá en el mes de Febrero.
Por entonces nuestra situación familiar era muy concreta: pasábamos mucho tiempo en el hospital La Paz. Allí cada una de nosotras ocupaba los ratitos de que disponíamos realizando aquello que más nos evadía.
Julia hacía punto.
Por diversos motivos, no se pudo terminar a tiempo y quedó más o menos establecido que algún día el conjunto de bebé sería para mí;
Porque ese era el deseo de mi padre.
Durante las vacaciones de Semana Santa, ya terminado, Julia me lo entregó.
Ha pasado casi un año desde el inicio de esta historia.
El círculo se cierra y... la vida continúa: Con ausencias que pesan en el alma y a la espera de entrar a formar parte de lo que
Maripi llama
CEP-AMVSR (Club de los Eternamente Preocupados, Aunque Muchas Veces Sin Razón).
Probablemente, esta próxima navidad, el destinatario final del conjunto haga uso del mismo...
"Espero que, allí donde estés, puedas ver y disfrutar de ese momento".
